LA MUJER EN ROMA
A QUE SE DEDICABAN:
Había diferentes clases sociales en aquella época, aunque en todas la mujer se ocupaba de la familia y de las tareas del hogar. En las casas de los personajes importantes había muchas esclavas, preparaban los alimentos y los servían. La ropa también se tejía en casa y en este momento aprovechaban para sentarse junto al fuego en la habitación principal de la casa. Vivían en sus habitaciones, al fondo como en la poca clásica.
PERSONAJE IMPORTANTE:
CORNELIA
Cornelia nació con la pesada carga de ser la hija de Escipión el Africano y portar un nombre que en Roma era tan venerado por unos como odiado por otros.
Siendo muy joven, fue prometida con Tiberio Sempronio Graco, miembro de una familia noble con un prometedor futuro por delante. Según algunas fuentes, tuvo con él una gran cantidad de hijos, pero sólo tres llegaron a la edad adulta: dos niños, Tiberio y Cayo, y una niña, Sempronia. Al morir su marido, Cornelia recibió todo tipo de propuestas de matrimonio, incluida una del rey Ptolomeo de Egipto, pero las rechazó todas para centrarse en el cuidado de sus hijos. Su hija Sempronia se casó con Escipión Emiliano, que había entrado en la familia de los Escipiones por adopción.
El carácter de Cornelia se vio especialmente en la carrera de sus hijos. Tiberio Graco propuso una ley agraria para limitar la cantidad de tierra pública que los nobles podían acaparar, con el objetivo de repartir a la plebe lo que excediera estos límites. . El hijo pequeño de Cornelia, Cayo Graco, siguió los pasos de su hermano. Las fuentes no coinciden en si Cornelia aprobaba o criticaba las reformas propuestas por sus hijos, pero todas coinciden en que vivió obsesionada con que ambos alcanzaran la gloria que les correspondía por su nombre. Una de las cosas que más le podían doler era pasar a la historia como la suegra de Escipión Emiliano y no como la madre de los Graco.
Cuando sus hijos murieron, Cornelia se retiró de la vida pública. Sin embargo, por Roma corrieron los rumores de que la anciana había estado detrás del asesinato de su yerno Escipión Emiliano, que había apoyado la muerte del joven Cayo Graco.
Tras la muerte de Cornelia, se erigió una estatua de ella para conmemorar su virtud, un honor que pocas mujeres en la historia de Roma alcanzaron.